Pregón 2019

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Presentación a cargo de Juan García Luján, periodista.

José Yeray Rodríguez Quintana. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria hace solo 41 años, pero con un extraordinario currículum. Doctor en Filología Hispánica por la ULPGC. Su tesis fue Premio Extraordinario de Doctorado, también fue reconocida con el Premio de Investigación Viera y Clavijo 2006. Ha sido secretario del Decanato de la Facultad de Filología Hispánica y es profesor titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Además de dar clases es investigador, sus estudios se han centrado en la literatura canaria y en la poesía popular y el verso improvisado. Ha impartido conferencias sobre estos temas en universidades de lugares tan diferentes como Estados Unidos, China, Venezuela, México, Colombia o Puerto Rico.

Académico Numerario de la Academia Canaria de la Lengua. Fundador y presidente de la Asociación de Verseadores Canarios 8 Sílabas. Ha sido reconocido como Hijo Adoptivo en los municipios de Artenara, de Valsequillo, de Ingenio y de San Lorenzo (municipio de Puerto Rico). Tiene otras altas distinciones como la Insignia de Oro de Artenara y el Roque Nublo de Plata del Cabildo de Gran Canaria. Además ha sido presentador de televisión, verseador representando a Canarias en muchísimos países y autor de la obra de teatro Barranco Abajo, donde también hizo de actor.

Hasta aquí el resumen de un perfil académico y artístico intenso y brillante, de un hombre leído, de una persona culta. Podríamos escribir unos cuantos folios más narrando sus investigaciones, su papel como promotor de festivales internacionales de narración oral, la grabación de cuatro discos, o como promotor y maestro de escuelas de verseadores para niños y niñas en Ingenio y Agaete, o el bello trabajo que lleva realizando ya hace unos cuantos años en la Romería del Pino enseñando a chiquillos de toda la isla a inventar versos para homenajear a nuestros pueblos y ciudades y a la patrona de nuestra isla…

Pero me toca presentar al pregonero, y ese retrato sería incompleto si no nombramos a sus maestros y maestras de la infancia, a los que sembraron en Yeray el amor por Gran Canaria y por todas las islas, el amor a este país volcánico, a su paisaje y a su paisanaje, su compromiso con nuestra gente y con nuestra naturaleza y el amor por las palabras, por nuestra forma de hablar y de nombrar al mundo. Y esos sabios, esa gente que le dejó más huella, están en lo más alto (en algunos casos en el sentido metafórico, porque ya no están entre nosotros), pero me refiero a lo más alto de esta isla, a nuestra cumbre. Antes de que la Unesco reconociera a esas montañas y cuevas como Patrimonio Mundial de la humanidad, esa cumbre de Artenara que casi toca el cielo ya era para Yeray un paisaje sagrado, como son los paisajes de nuestra infancia.

Gracias a la gente de la cumbre Yeray es un joven con sabiduría de viejo y un viejo con la curiosidad de un niño. Yeray Rodríguez Quintana , hijo de José Antonio y de Amada, nieto de Luisa y Fernando, y de Juan y Amada. Me une al pregonero, además de lo que les une a la mayoría de ustedes: la admiración por su trabajo y por su persona, también me une que nuestros abuelos y abuelas fueron compañeros de surco. Mis abuelos sembraron en Juncalillo y los de Yeray en Artenara, dos pueblos situados en distintos municipios por aquello de las fronteras arbitrarias. Mi madre siempre me dice que Yeray es un fiel retrato de su abuela Amada, amiga de mi abuela Teodosia.

Amada fue una mujer que convertía en fiesta el lugar al que llegaba. Decía Amada que uno es tan grande como la mesa en la que se sienta, que es lo mismo que decir que la gente a la que convoca. Créanme si les digo que todavía no se ha fabricado una mesa tan grande como para que quepa toda la gente que quiere y admira a este pregonero. Estoy seguro que hoy acompañarán a Yeray en el pregón, además de los excelentes músicos, la abuela Amada, el tío Pepe, la alfarera de Lugarejo y otros artesanos, los primeros verseadores a los que escuchó el niño Yeray, que creaban poesía mientras plantaban en las tierras o cuidaban las cabras, que recitaban versos sin saber leer ni escribir.

También estará el padre de Yeray, José Antonio Rodríguez, que a estas alturas y desde las alturas, ya sabe que su hijo ha continuado el surco que no acabó y lo ha llenado de muchas semillas que dan sus frutos en forma de niños y niñas que recitan versos, de alumnos y alumnas que aprenden amar la literatura canaria con el profesor Yeray, de verseadores que se encuentran en varios continentes para llenar el mundo de poesía.

Porque nos falta poesía y nos faltan poetas para arreglar este deteriorado mundo. Pero no poetas cortesanos que rinden pleitesía a los poderosos, sino poetas como Yeray que defienden a los desahuciados y denuncian a los especuladores. Porque Yeray es ese poeta que retrató Agustín Millares cuando escribió “El poeta es el pueblo que a morir se resiste, en la súbita noche donde todo se olvida”. Yeray es un poeta que canta a la memoria y al futuro. Un poeta que mira a nuestra historia sin complejos para construir un futuro de esperanza, en el que creamos en nosotros mismos.

El escritor vasco Miguel de Unamuno vivió una noche de San Juan aquí en Teror. Y lo cuenta en un texto que recogió Yeray en el libro de su tesis “Saulo Torón, el orillado”. Escribió Unamuno: Aún resuena dentro de mí el eco de aquellos caracoles marinos, por los que oí gemir el alma de un pueblo, en Teror, entre las montañas de la Gran Canaria al cerrarse la noche de San Juan…Estos cantos son como aquellos grandes caracoles”. Se refería Unamuno a la poesía de Alonso Quesada. Pero estoy convencido que el pregón de esta noche de Yeray Rodríguez será como esos bucios que nombra Unamuno en su texto, unos caracoles donde oiremos gemir el alma del pueblo canario.
Dije que Yeray era hijo de José Antonio. Pero termino completando el retrato, diciendo que Yeray el arriero que bajó de la cumbre a la costa con la mochila cargada de versos, y que en la costa, en un pueblo de poetas encontró el amor, Yeray también es padre de Jose Antonio, el niño que nació el mismo día pero de otro año, en el que el abuelo dejó el surco a medias. Hace unos días, cuando preparaba este texto, hablé con Caritina para pedirle algunos datos familiares, y aproveché y le pedí que preguntará a su hijo cómo es Papá, y José Antonio dijo: Papá es una buena persona.

De formas diferentes van a estar presentes, para pregonar las fiestas de la patrona, José Antonio abuelo y nieto. Y también los agricultores, y las queseras y toda esa gente de las que nos hemos acordado estas semanas , nosotros los capitalinos, cuando el fuego les dejó la ruina y el paisaje se volvió ceniza. Pero el poeta, que hoy es pregonero, nunca se ha olvidado de ellos, porque, como dije, es poeta de memoria y de futuro. Y porque, como dice su hijo, además de poeta es buena persona. Con ustedes, el pregonero de las Fiestas de Nuestra Señora del Pino 2019, Yeray Rodríguez Quintana.